Patrimonio mundial
Es una categoría dada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) a aquellos sitios que por sus valores excepcionales a nivel universal representan testimonios de la cultura material de la humanidad, paradigmas de la biodiversidad o elementos naturales únicos. La génesis de la Lista del Patrimonio Mundial y el proceso para la declaratoria de un sitio, así como su ulterior manejo, están definidas en la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial cultural y natural, aprobada por la UNESCO en 1972 y en la Guía para la implementación de la Convención.
Al ratificar voluntariamente este relevante instrumento internacional, los Estados obtienen el derecho de proponer sus bienes para ser incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial y, a la vez, adquieren obligaciones relativas a la estricta conservación y protección de dichas propiedades. En 2014, 191 Estados Parte habían ratificado la Convención.
El mundo contaba en junio de ese año con 981 sitios inscritos en este listado, localizados en 160 Estados. Parte de ellos, 759 son sitios culturales, 193 sitios naturales y 29 son sitios mixtos. Cada año la mencionada Lista se enriquece durante las sesiones del Comité del Patrimonio Mundial.
Para su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial, los bienes deben presentar un valor universal excepcional y cumplir, al menos, con uno de los diez criterios de selección indicados en las Directrices Prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial,que constituyen el instrumento de trabajo fundamental para todo lo referente al Patrimonio Mundial. Estos criterios son los siguientes:
Criterios a seguir :
- (i) representar una obra de arte del genio creador humano;
- (ii) atestiguar un intercambio de influencias considerable, durante un periodo concreto o en un área cultural o determinada, en los ámbitos de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o la creación de paisajes;
- (iii) aportar un testimonio único, o al menos excepcional, sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida;
- (iv) constituir un ejemplo eminentemente representativo de un tipo de construcción o de conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre uno o varios periodos significativos de la historia humana;
- (v) ser un ejemplo eminente de formas tradicionales de asentamiento humano o de utilización tradicional de las tierras o del mar, representativas de una cultura (o de culturas), o de la interacción entre el hombre y su entorno natural, especialmente cuando son vulnerables debido a mutaciones irreversibles;
- (vi) estar directa o materialmente asociado con acontecimientos o tradiciones vivas, con ideas, creencias u obras artísticas y literarias que tengan un significado universal excepcional. (El Comité considera que este criterio debería ser utilizado preferiblemente de manera concomitante con otros criterios);
- (vii) representar fenómenos naturales o áreas de belleza natural e importancia estética excepcionales;
- (viii) ser ejemplos eminentemente representativos de las grandes fases de la historia de la Tierra, incluido el testimonio de la vida, de procesos geológicos en curso en la evolución de las formas terrestres o de elementos geomórficos o fisiográficos de mucha significación;
- (ix) ser ejemplos eminentemente representativos de procesos ecológicos y biológicos en curso en la evolución y el desarrollo de los ecosistemas y en las comunidades de plantas y animales, terrestres, acuáticos, costeros y marinos;
- (x) contener los hábitats naturales más representativos y más importantes para la conservación in situ de la diversidad biológica, comprendidos aquellos en los que sobreviven especies amenazadas que tienen un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia o de la conservación.
Al mismo tiempo, se evalúan la autenticidad, la integridad y el manejo de los sitios. Para demostrar el valor universal excepcional es muy importante el análisis comparativo con otras propiedades de similar tipología en otros países o regiones. Los Estados Parte tienen la obligación de preparar informes periódicos acerca del estado de conservación y las diversas medidas de protección adoptadas en sus bienes universalmente reconocidos. Estos reportes permiten al Comité del Patrimonio Mundial evaluar el estado de los sitios y, en caso de comprobadas amenazas a los atributos que condujeron a su inscripción, puede proponer desde medidas de emergencia destinadas a resolver los problemas, hasta la inclusión del bien en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro. Eventualmente, en aquellos raros casos en que un Estado no muestre la voluntad necesaria, el Comité del Patrimonio Mundial puede retirar a un sitio la condición de Patrimonio Mundial.
En general, la aplicación de la Convención, en los más de cuarenta años posteriores a su aprobación, ha promovido el estudio científico del patrimonio cultural y natural. Asimismo, ha propiciado la ampliación de los conceptos y categorías patrimoniales, la búsqueda de vías para su protección, la asistencia y la cooperación internacionales, la representatividad geográfica y tipológica de la Lista, el fortalecimiento de las capacidades de los Estados para el manejo de su patrimonio y la formación profesional o la educación comunal.
Debido a la gran diversidad del legado cultural y natural de Cuba, son varias las tipologías (entre las definidas por las Directrices Prácticas) que se encuentran representadas por los sitios inscritos. Por ejemplo, entre los sitios culturales descuellan varios centros históricos como La Habana Vieja, Trinidad, Cienfuegos o Camagüey. Como monumento o edificio, el Castillo de San Pedro de la Roca del Morro de Santiago de Cuba. Aparecen también dos paisajes culturales como el Valle de Viñales y el Paisaje Arqueológico de las Primeras Plantaciones Cafetaleras del Sudeste Cubano. Además, dos sitios naturales ostentan la declaratoria.
Es destacable que el Valle de Viñales fuera en 1999 el primer paisaje cultural inscrito como tal en la América Latina y el Caribe. También es significativo el hecho de que dos de los cuatro paisajes culturales declarados en Latinoamérica y el Caribe son cubanos. El Consejo Nacional de Patrimonio Cultural y Centro de Informática en la Cultura (CUBARTE) en colaboración con otras instituciones de la nación ha elaborado esta multimedia con el objetivo de propiciar un acercamiento a los sitios cubanos incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial, sus valores más significativos y la colosal obra que se lleva a cabo por su salvaguarda.