Parque Nacional Desembarco del Granma

El Parque Nacional “Desembarco del Granma” ocupa parte de los municipios de Niquero y Pilón en la porción sur de la provincia Granma. El área ocupa el extremo occidental del distrito físico-geográfico de las montañas de la Sierra Maestra y conforma la región de las terrazas marinas de Cabo Cruz. La extensión total es de 32 576.0 Ha, de las cuales 25 945.0 Ha son terrestres y 6 631.0 Ha marinas. El alto grado de conservación que presentan las evidencias, producidas por la combinación de los procesos de los movimientos tectónicos y glacioestáticos y las formas del relieve resultantes de un periodo geológico (pleistoceno) de evolución de la tierra, conforman un escenario de altos valores estéticos. El sitio constituye un valioso exponente mundial, una muestra compacta e intacta, del sistema de terrazas marinas emergidas y sumergidas sobre rocas calcáreas mejor conservadas del hemisferio occidental. Este Parque Nacional garantiza la permanencia en el tiempo de la evidencia que los procesos geológicos y geotectónicos han ido perfilando. Al mismo tiempo, este espacio protegido comprende todo el sistema de terrazas que permite su apreciación y disfrute estético. Entre las principales amenazas están los efectos que pudieran motivarse por los cambios climáticos (cambios en la composición química de las lluvias, aumento de la intensidad y frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, aumento del nivel del mar), movimientos sísmicos y la introducción de especies exóticas en el área marina. Este sitio es una unidad del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de la República de Cuba. Fue aprobado por la Resolución Ministerial 171/86, y ratificado su status legal con la Resolución 520/95 del Ministerio de la Agricultura, bajo la administración de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna. Los planes de manejo se elaboran para un periodo de cinco años y se implementan anualmente mediante planes operativos que incluyen los programas y proyectos de acciones a ejecutar. Los principales objetivos están dirigidos a mantener la conservación y la integridad del sitio, mitigando los impactos que afecten sus valores; desarrollar el trabajo con las comunidades y los actores implicados, y propiciar un turismo responsable. Para lograr estos propósitos, a largo, corto y mediano plazo, el parque cuenta con un equipo técnico, administrativo y de guardaparques capacitado y con la experiencia necesaria para el manejo del sitio.


Declarado Patrimonio Mundial en 1999.


Criterio IV:

El Parque Nacional Desembarco del Granma contiene el mayor y más conservado exponente mundial de los sistemas de terrazas marinas emergidas y sumergidas sobre rocas calcáreas, las cuales se extienden en la región suroriental de Cuba por más de 40 kilómetros, desarrollados en un sistema escalonado que alcanza hasta 20 terrazas emergidas que oscilan desde la cota 0 hasta llegar a alturas máximas de 360 metros sobre el nivel del mar (NMM). Algunos de estos acantilados alcanzan 100 metros de pared vertical. Las terrazas sumergidas alcanzan hasta 180 metros de profundidad en la zona de contacto de dos placas tectónicas activas. Estas formaciones calcáreas cubiertas de una exuberante vegetación en su mayoría autóctona, producen un contraste visual extraordinario y único a través del contorno, el color y la textura, dados por la vegetación, los acantilados, el relieve, el mar, todo lo cual se une para producir un escenario espectacular en un estado de conservación prácticamente prístino.

Criterio VIII:

El Parque Nacional Desembarco del Granma contiene el mayor y más conservado exponente mundial de los sistemas de terrazas marinas emergidas y sumergidas sobre rocas calcáreas, las cuales se extienden en la región suroriental de Cuba por más de 40 kilómetros, desarrollados en un sistema escalonado que alcanza hasta 20 terrazas emergidas que oscilan desde la cota 0 hasta llegar a alturas máximas de 360 metros sobre el nivel del mar (NMM). Algunos de estos acantilados alcanzan 100 metros de pared vertical. Las terrazas sumergidas alcanzan hasta 180 metros de profundidad en la zona de contacto de dos placas tectónicas activas. Estas formaciones calcáreas cubiertas de una exuberante vegetación en su mayoría autóctona, producen un contraste visual extraordinario y único a través del contorno, el color y la textura, dados por la vegetación, los acantilados, el relieve, el mar, todo lo cual se une para producir un escenario espectacular en un estado de conservación prácticamente prístino.